¿Una monja pop-star?
Sor
Cristina Scuccia es siciliana, tiene 25 años, vive en Milán, pertenece a las
ursulinas, una congregación religiosa que trabaja en el campo de la educación,
y canta. Hasta hace poco era una monja desconocida. Ahora su nombre, como el de
una celebridad, aparece en los medios
de comunicación, las redes sociales y entre los videos más visitados. ¿Ha
nacido una estrella?
En
una de las sesiones de audición del talent
show “La Voz”, que transmite la RAI en Italia, aparecen los cuatro jurados
de espaldas al escenario. Comienza la música y la cámara hace un primer plano
de los zapatos negros de la religiosa –sencillos como los del papa Francisco–
llevando el compás de la canción. No ha terminado de cantar la primera frase
cuando el público se pone de pie para ovacionarla. Ni la toca, ni el hábito, ni
la cruz, que simbolizan su consagración a Dios, le impiden moverse “como un
pájaro” mientras canta, con voz celestial, “No
one” de Alicia Keys.
Uno
a uno, los jurados se dan la vuelta para descubrir de quién se trata. Sus
rostros reflejan la sorpresa y la conmoción que les produce confrontar la voz
con la imagen jovial de la monja. “Soy una monja de verdad”, aclara sor
Cristina, “creo que tengo un don y lo comparto con todos”. “¿Qué dice El
Vaticano sobre usted?”, le pregunta Rafaella Carrà, en nombre del jurado, y sor
Cristina responde con naturalidad: “realmente no sé”, y dice que espera una
llamada del papa Francisco.
El
video de la audición circula por las redes sociales y ha sido tema de no pocas
agencias de noticias alrededor del mundo. Una semana después, el video en
Youtube ya superaba 35 millones de visitas. Y el fenómeno continúa.
Más
de uno se podrá preguntar si sor Cristina evangeliza a la sociedad del
espectáculo o si la sociedad del espectáculo evangeliza a sor Cristina. Ella
tiene claro que su opción por la vida consagrada la lleva a “salir a
evangelizar”, como insiste el papa Francisco, incluso a las periferias de la
sociedad del espectáculo. Sabe que el mismo Dios que un día la llamó a
consagrarse a su servicio, no le ha quitado ninguno de los dones que ya le
había dado. Antes bien, “la música es un instrumento para tocar los corazones”,
según comentó posteriormente.
Puede
ser que con la ayuda de su coach, el
rapero J-A-X –conocido por sus temas
reivindicativos– logre avanzar a la siguiente fase del concurso. Sin embargo,
independientemente de lo que suceda con la monja pop-star, a sus 25 años bien podría ser un ícono –que no es lo
mismo que un ídolo– de la nueva generación de Francisco.
Sor
Cristina sorprende por su manera de integrar lo humano y lo divino. Su voz
grita que se puede servir a Dios y realizarse humanamente, sin dicotomías. Y
parece que sus hermanas de comunidad también lo han entendido –se ven muy
animadas en la audición–.
Las
opiniones de creyentes y no creyentes son muy favorables. El testimonio de sor
Cristina ha tocado muchas fibras. Alicia
Keys escribió en su cuenta de Twitter: “Now,
That's what beautiful, pure energy looks like! Sing
it, sister Christina!” (Bueno, eso es hermoso, ¡se nota pura energía!
¡Cántalo, sor Cristina!).
Ha
hecho mucho lío la audición a ciegas del programa “La Voz” de Italia, por
cuenta de una joven religiosa. Con su voz, sor Cristina está evangelizando “La
Voz”. Ojalá que el papa Francisco la llame y la invite a hacer parte del
Pontificio Consejo para la promoción de la Nueva Evangelización.
@OscarElizaldeP