![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgnxk50Z0Okt7aPARgmQDHTcM2Ge2ZZCdR2-nRSDAGqHt4XFAlAwcrsibXEYk9FTXDoU9-cSC9lI04DarvZ3DHxLAyf_nHoc1OV6aInf10t5hCZBASjT0lt2OuNkHsHDjon7r4LqHVXwien/s400/FOTO2.jpg) |
Los "históricos" de la Teología Latinoamericana |
Como una “foto de familia”
quedó registrado el re-encuentro de más de una treintena de patriarcas y matriarcas
de la teología de la liberación en Belo Horizonte, la capital del estado
brasilero de Minas Gerais, con motivo del II Congreso Continental de Teología
promovido por Amerindia Continental (ver recuadro 1), con el apoyo y la participación de 24 instituciones y
organizaciones eclesiales.
En la foto de los “históricos”
se distingue a Gustavo Gutiérrez, Leonardo Boff, Víctor Codina, Margot Bremer,
Marcelo Barros, Pedro Trigo, José Oscar Beozzo, Carlos Mesters, Pablo Richard,
Paulo Suess, Diego Irarrázaval, Pablo Bonavía, Juan Hernández Pico, Eduardo de
la Serna, Pedro Ribeiro de Oliveira, Eduardo Hoornaert…En la imagen también se
alcanza a leer el título del Congreso: “Iglesia que camina con Espíritu y desde
los pobres”.
Otros “veteranos” que no aparecen
en el registro gráfico también participaron en el Congreso. Entre ellos, dos
obispos insignia de la pastoral social: Demétrio Valentini, emérito de Jales
(Brasil), y Álvaro Ramazzini, de Huehuetenango (Guatemala).
Acto seguido, en
el mismo escenario, un nutrido grupo de teólogos y teólogas jóvenes, de
diversas nacionalidades, fueron retratados con el trasfondo del logotipo del
Congreso que evoca la diversidad étnica y cultural de “la Iglesia de a pie”,
que peregrina animada por el mismo Espíritu que guió a los padres Conciliares,
hace 50 años, en el Vaticano II, y a los obispos de la II Conferencia General
del Episcopado Latinoamericano en Medellín, en 1968, donde se fraguó una nueva
forma de ser y de hacer Iglesia en América Latina, desde la opción por los
pobres.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhs9YRDveayfVYfMjUUBF1v8U3_t1vzzfx9vdZJAaMeVvc37eZWGh3NDO6gmHvXSbifcz8no1thUPaez73nGFW7VanqZu2nmu1QxPBf2HaIz5Q-hvkm__nnFewjjP1AoTTBgPBqZQDnDHVL/s400/FOTO4.jpg) |
Los "jóvenes" teólogos de la teología latinoamericana |
Comparativamente,
ambas fotos–la de los “históricos” y la de los “jóvenes” teólogos–posibilitan algunas
observaciones preliminares, además de la evidente distancia generacional. En la
primera la mayoría son hombres, en la segunda hay una mayor presencia femenina.
Buena parte de los “históricos” son clérigos y religiosos/as, en cambio, los
teólogos y las teólogas jóvenes son predominantemente laicos y laicas. De igual
forma, en contraste con el primer retrato, donde resulta relativamente fácil
distinguir a las “grandes estrellas” de la teología de la liberación, en el
segundo un espectador convencional difícilmente podría reconocer a los
“pequeños luceros” que prometen ser el relevo de los mayores –muchos de ellos
octogenarios–, herederos de una tradición teológica latinoamericana que se
identifica con la Iglesia de los pobres, desde los pobres y para los pobres.
¿Una nueva generación?
Como si se
tratara de un “álbum inter-generacional” más que de una única “foto de familia”,
la escena bien podría ser una expresión gráfica de los vientos frescos que
soplan para la teología latinoamericana. ¿Una nueva generación de teólogos y
teólogas de la liberación está emergiendo? Puede ser. “De ustedes depende,
según lo que hagan” sentenció sabiamente Gustavo Gutiérrez, al agradecer la
carta-homenaje que le hicieron los y las jóvenes teólogos/as durante el
Congreso. Y añadió, con el cariño paternal de un abuelo, que “no basta ser
joven para ser una promesa”.
Con todo, se
constata que un cierto aire de “primavera eclesial” está oxigenando el proyecto
de una teología que nació en el revés de la historia, entre pobrezas y
marginaciones, allí donde se cuecen las resistencias de hombres y mujeres violentados
por un sistema excluyente y opresor: indígenas, afrodescendientes, campesinos,
mujeres, jóvenes, niños, migrantes, algunos incluso víctimas de la Trata de
personas… Ellos y ellas, “rostros” contemporáneos del Crucificado, junto con los
mártires del continente latinoamericano y la Pacha Mama (Madre Tierra) asediada y amenazada, fueron evocados
durante las celebraciones litúrgicas que impregnaron los contenidos de las
conferencias, los paneles, los talleres y las comunicaciones científicas del
Congreso, con la ráfaga de un nuevo Pentecostés teológico que es fruto,
también, de la dinámica de la reforma eclesial que lidera Jorge Mario
Bergoglio, el primer papa latinoamericano.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh_vST_OhyphenhyphenDgQ4Y34L-QkMQ1N8ECIxh8bPJkhhmGIYHKmbz7rX4UW4esnzBIToojlQxd6UyyEFULvN0gM-xYdayrZk6GsGdzejHadsmjWGX0fKRXV4hxzhlohTKsRBFPmONtQvcQerMcXoo/s320/28.7+-+copia.JPG) |
I Congreso Continental de Teología (2012) |
A diferencia del primer Congreso Continental de Teología, que tuvo lugar en 2012 en São Leopoldo (Brasil), en medio de tensiones y ambientes adversos, el clima eclesial del segundo Congreso, al tenor de las opciones, los gestos y las enseñanzas del papa Francisco, representa una inusitada oportunidad o un “hito eclesial”, si se quiere, en la actual coyuntura que atraviesa la Iglesia, en la que se presagia la posibilidad de un “nuevo aire” para una teología descentralizada, no autorreferencial y sí en diálogo con las acuciantes realidades de los últimos, los “más pequeños”, los que experimentan mayor vulnerabilidad, incluyendo, claro está, el cuidado de la “casa común” (cf. Laudato Si’).
Reforma eclesial y liberadora
Ya el Congreso de
São Leopoldo, celebrado con motivo de los 50 años de la inauguración del
Concilio Vaticano II y los 40 de la publicación del libro Teología de la liberación, perspectivas, de Gutiérrez, había
logrado “avivar la llama de una teología que quiere ser fuego que encienda otros
fuegos en la Iglesia y en la sociedad”. Tres años después, esta vez coincidiendo
con el 50º aniversario de la clausura del Vaticano II, el Congreso de Belo
Horizonte asumió la invitación del Papa en su encíclica programática Evangelii Gaudium de “entrar en un
proceso decidido de discernimiento, purificación y reforma (EG, No. 30), que apunte a desentrañar, anunciar y
secundar la presencia liberadora del Reino de Dios en el seno de la historia
antes que a la pura autopreservación institucional”, como señaló en la
presentación y encuadre del Congreso la religiosa mexicana Socorro Martínez
Maqueo, coordinadora de Amerindia Continental.
Más aún, el
teólogo uruguayo Pablo Bonavía, sacerdote y responsable del observatorio
eclesial de Amerindia Continental, destacó que la perspectiva desde la cual se
gestó y concibió el Congreso responde al perenne imperativo de la reforma
eclesial(ecclesia
semper reformanda) que “lejos de todo
narcisismo, promueve la participación en la urgente gestación de un paradigma
civilizatorio alternativo en el que no afirmemos lo propio por destrucción de
lo diferente, vivamos la alteridad como mediación de la propia identidad y
cuidemos de nuestra casa común”.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi2uE8eTUyXXjsKF4teo7-BUsipHkSQ7eq8HbcRNTS1EYo2n7Hd3IlzWfhTkPcBDbCcSp9fjLtU6GPL7tok9Fv2AyE1U9wkM4comL5flQ6qUKmCdwKpq8uB-AfV3h6d9vJ8X_S4Qy91-d-4/s320/Foto+Nota+1.jpg) |
Socorro Martínez, coordinadora de Amerindia Continental |
De ahí que
el principal propósito del Congreso haya sido “reunir
a teólogos y teólogas del Continente para discernir desde la Palabra de Dios la
presencia del Espíritu Santo al interior de las prácticas de solidaridad con
los excluidos, como raíz de una nueva manera de ser comunidad cristiana y de la
necesaria reforma que la Iglesia está desafiada a realizar hoy”.
Respondieron
a la convocatoria 292 personas, laicos y laicas la mayoría, provenientes de 23
países de América y de Europa. Durante cinco días (del 26 al 30 de octubre de
2015), en la casa de retiros San José y en las instalaciones del Instituto
Santo Tomás de Aquino, en Belo Horizonte, siguiendo el método ver-juzgar-actuar
–que ha caracterizado a la Iglesia latinoamericana y caribeña–, se reflexionó sobre
las interpelaciones del Espíritu en la actual coyuntura socio-eclesial (ver),
las líneas centrales de la neumatología desde América Latina (juzgar), y los
caminos a recorrer en el proceso de reforma eclesial (actuar).
Trípode temático
A la luz de
estas grandes cuestiones, que bien reflejan el trípode temático propuesto para
el Congreso a partir de las categorías Pueblo de Dios, neumatología y reforma
de la Iglesia, se desarrollaron diez conferencias y cuatro paneles: El factor
religioso en el contexto de la conflictividad global (Leonardo Boff, de
Brasil); Los procesos culturales, políticos, económicos y ecológicos en el
contexto de un modelo civilizatorio mundial (Juan Luis Hernández, de México); Los
desafíos y las oportunidades de la coyuntura eclesial global y continental
(Cecilia Tovar, de Perú); Las experiencias del Espíritu en algunos sujetos
significativos de América Latina y el Caribe (Etel Nina Cáceres, de Perú, y
Vicenta Mamani, de Bolivia); El Espíritu y la autoridad de los mártires (Juan
Hernández Pico, de El Salvador); La multiforme experiencia del Espíritu en el
contexto social, cultural y eclesial latinoamericano (Marcelo Barros, de
Brasil); La experiencia del Espíritu en la Biblia (Solange do Carmo, Carlos
Mesters, Francisco Orofino, de Brasil, y Eduardo de la Serna, de Argentina);
Una neumatología a partir de la experiencia de América Latina y el Caribe
(Víctor Codina, de Bolivia); El Espíritu y la autoridad de los pobres (Gustavo
Gutiérrez, de Perú); Modelos de Iglesia en el hoy de América Latina (José Oscar
Beozzo, de Brasil); La reforma eclesial a partir de la acción del Espíritu en
el corazón de todos los pueblos (Carlos Schickendantz, de Chile); Luces para la
reforma de la Iglesia en un mundo conflictivo, pluralista y desigual (monseñor
Álvaro Ramazzini, de Guatemala, y Virginia Azcuy, de Argentina); La urgencia de
lo escencial (Pedro Trigo, de Venezuela); y Los frutos que el Espíritu nos
ofrece hoy (Juan Luis Hernández, Juan Hernández Pico e Isabel Corpas, de
Colombia).
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgMRZWdCkPgbyvc9P4HmFCWAz5hRmDALkxvVoa5YrTTg-QS-vSx8-nOAaxWMNxwwvjNMuuaiZVJC_1I21F4Bdt8JSh6u5H9-OdSygOyYBTEqu36yHsx-OkUD2YXYt6CyHn7h_4FqNYzn6I5/s320/Foto+Nota+2.jpg) |
Leonardo Boff, teólogo brasilero |
La
conferencia inaugural de Boff generó una particular expectativa. “Detrás de los grandes conflictos hay
motivos políticos y religiosos”, afirmó el teólogo brasilero, de ahí que “en
momentos de crisis de las civilizaciones, las religiones juegan un papel
importante”. Ante la amenaza que representan los fundamentalismos–la “enfermedad
de las religiones”– y el terrorismo, en su propósito de “ocupar las mentes de
las personas” y alimentar el miedo en la sociedad, insistió
en el papel fundamental que cumplen las religiones, dado que comparten con la
tecno-ciencia un inusitado liderazgo capaz de movilizar a los hombres y a las
mujeres de este tiempo. Por eso, “descubrir el capital espiritual de los seres
humanos hará posible una tierra de la buena esperanza, de la bio-civilización,
donde el eje constructor sea la vida”.
Además de
este desafiante panorama, los agudos análisis coyunturales que presentaron los
laicos Juan Luis Hernández y Cecilia Tovar ofrecieron nuevos elementos a las hermenéuticasque
se dieron durante el Congreso, algunas de ellas con un marcado acento
narrativo, como las que presentaron las teólogas Etel Nina Cáceres y Vicenta
Mamani, desde la rica tradición teológica de la Iglesia del sur andino, o la
meditación que compartió Marcelo Barros, con un marcado acento espiritual
afroamericano.
Con un tono
más expresamente neumatológico, algunos de los pioneros de la lectura popular
de la Biblia, como Carlos Mesters, Francisco Orofino, Solange do Carmo y
Eduardo de la Serna, dieron lugar a una rica polifonía para señalar la primacía
del Espíritu en la Palabra de Dios, mientras que Víctor Codina desarrolló su
exposición bajo la premisa de que “el Espíritu del Señor actúa desde abajo”
–título de su último libro–, como se constata particularmente en América Latina
y el Caribe.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhf5WrG4AlpHrRdSRpfg0uaQO3GDgl4ZhQGWKaXaeWXF4dPpReKWMABR4aaD5a8mLSu1UECbqXf2tBnBidKSgF-Qe4OyaJckb5c9ys3v_5rfY-Z3-6DrXrKm0MtEWpOyxru-SfP1U1gLNjg/s320/FOTO1.jpg) |
Gustavo Gutiérrez, teólogo peruano |
Por su
parte, Gustavo Gutiérrez en su conferencia –una de las más esperadas–, con
sabiduría patriarcal insistió en la impostergable urgencia de “vivir según el
Espíritu”, en libertad, de asumir en plenitud el sentido de la primera
bienaventuranza: “ser pobres de Espíritu”, y de “salir en búsqueda de los
pobres de Jesucristo”.
En las
intervenciones de los dos últimos días del Congreso, Carlos Schickendantz,
monseñor Ramazzini, Virginia Azcuy y Pedro Trigo, ofrecieron importantes
insumos para hacer viable la reforma de la Iglesia, con un renovado espíritu
sinodal que dé paso a una nueva forma de ser y hacer Iglesia,desde el
reconocimiento de alteridades y ministerialidades que, en últimas, hagan viable
el sueño de “echar la suerte por la humanidad, como solidaridad
con los hermanos, con todos los seres humanos, preferencialmente desde los
pobres, desde el discipulado de los pobres con espíritu”.
Estos destellos de primavera teológica latinoamericana también tuvieron
resonancia en los 15 talleres que se desarrollaron con el ánimo de “construir saberes nuevos y colaborativos, enraizados en las diferentes
experiencias que tienen lugar a lo largo y ancho de América Latina y el Caribe”,
en diversos asuntos y sujetos emergentes como el derecho a lo urbano, la
cosmovisión indígena, los migrantes, la trata de personas, la ecoteología, la
vida religiosa, la mujer en la reforma de la Iglesia, las juventudes con sus
lenguajes y códigos del mundo poscristiano, las Comunidades Eclesiales de Base,
el “buen vivir”, la santidad y el conflicto en América Latina, las
hermenéuticas bíblicas frente a las nuevas tendencias fundamentalistas, la
enseñanza de la teología, el Reino de Dios ante las nuevas relacionalidades, y,
el pensamiento teológico de José Comblin, uno de los mayores exponentes de la
teología de la liberación.
Por otra
parte, la presentación de 32 comunicaciones científicas permitió vislumbrar
algunos nuevos territorios que se están explorando en la teología y en las
ciencias de la religión, muchos de los cuales se desarrollan bajo el paradigma
investigativo de la inter-disciplinariedad y de la trans-disciplinariedad.
Primeras flores
Además de
los contenidos de las conferencias, los talleres y los trabajos científicos
–objeto de una próxima publicación de Amerindia–, así como las experiencias
compartidas y los horizontes vislumbrados, las convicciones que se presentaron
en el Mensaje Final del Congreso (ver recuadro 2) son apenas las primeras flores
de una nueva primavera para la teología latinoamericana.
¡Soplan
nuevos vientos! Es posible que este haya sido el sentir común de los
“históricos” y de los jóvenes teólogos mientras se retrataban con la convicción
de seguir apostando por “una Iglesia que camina con Espíritu y desde los
pobres”.
Recuadro 1
Amerindia: red de redes
Con espíritu ecuménico, la red católica Amerindia “se siente parte de una entrañable
tradición del cristianismo latinoamericano-caribeño que encontró su expresión
eclesial más reconocida en la Conferencia de obispos de Medellín. Esta
tradición dio un paso decisivo alredescubrir
la fuerza transformadora de lo pequeño y de los pequeños dejando a un
lado así el viejo deseo de ser una Iglesia poderosa”.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi2pmDtM39a4JY_9Ro4L0seYSkDVUBTHfPYh3lZ0RwlW6dTbwo6GMtEh6uw59GqB5NJZ-RtzeL2wzOtICaSdJo052vTJGUVge0m4NxTeyOD1X3R3tw-ca6RIiTRREqSTHkVyML82PzhRymG/s200/ROSARIO+2.JPG) |
Rosario Hermano, secretaria ejecutiva de Amerindia Continental |
En los últimos 15 años, Amerindia ha “lanzado sus redes” en la formación
y consolidación de grupos de reflexión-acción en gran parte de la geografía
latinoamericana y caribeña, y ha apoyadoa colectivos vinculados con la defensa
del medio ambiente, los derechos humanos, la teología afro e india, la teología
femenina y, de modo especial, ha tenido una destacada presencia en los Foros
Sociales Mundiales y en la asesoría teológica de algunos obispos durante la V
Conferencia General del Episcopado Latinoamericano en Aparecida (Brasil).
Su secretaria ejecutiva, la uruguaya Rosario Hermano, considera
que “uno de los aciertos de Amerindia es su capacidad de convocatoria y de
sumar sinergias, voluntades y colaboraciones de tantos y tantas que escriben,
coordinan, articulan y se comprometen, tanto en sus países como a nivel
continental”. Está convencida de que “el otro mundo posible y la Iglesia
posible nacen de la base, desde la escucha atenta a las distintas prácticas”,
como ha ocurrido en los dos Congresos Continentales de Teología de 2012 y 2015.
Recuadro 2
Una teología con Espíritu desde los
pobres
El Mensaje Final del II Congreso Continental de
Teología ofrece una aproximación neumatológica a los “signos de los tiempos”
que desafían a la teología latinoamericana, en un tiempo donde los urgentes
clamores de la Tierra y de los pobres, el terrorismo, las guerras, el
consumismo, la violencia y los fundamentalismos, interpelan el quehacer de la
comunidad teológica latinoamericana.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEitP3rkbjllYijmMSAX513v3Id-JuatWQLqEQj02AGJkenBKA1XV1n3Kps9fqKhHD0dI8sRMe5wr5ifBVEqn0CccdTdp8dMX2cJCQzalKjGnKjSEZQH7BvaUGK6HPiGhXBfshlo4NohsHFZ/s200/Foto6.jpg) |
Participantes II Congreso Continental de Teología |
“Esta realidad deshumaniza y contradice la voluntad
de Dios, se nos pide no acostumbrarnos a la pobreza que siguen viviendo nuestros
hermanos/as y a seguir comprometiéndonos con la causa de Jesús y de los pobres
para la construcción del Reino de Dios y su justicia”, afirmaron los
participantes del Congreso, resaltando también la autoridad de los mártires que
han dado su vida por amor a los pobres como “el mayor símbolo de la presencia
misericordiosa de Dios-con-nosotros”.
Ante esto, el Mensaje Final se revela como un
“manifiesto” que privilegia la acción del Espíritu “como la fuerza para
subvertir la historia, fortaleciendo la liberación real de nuestros pueblos y
haciendo que los pobres sean sujetos protagonistas de su destino”. En este
sentido, se reconoce que el Espíritu, con sus diversos nombres en las múltiples
culturas, “tiene un lugar central en la espiritualidad de América Latina”.
“Sentimos y pensamos que es el Espíritu quien está
creando la Iglesia samaritana en América Latina, cercana, próxima a las nuevas
víctimas del terror y la exclusión. Mantener este rumbo implicará crear las
condiciones para vivir fuertemente la experiencia del Espíritu, volviendo a lo
esencial, provocando el encantamiento de otra forma de ser Iglesia que tenga
sentido para la gente de hoy. El signo que la caracteriza es ser cada vez más
una Iglesia pobre, desde, para y por la causa de los pobres. Y esta opción debe
atravesar todas nuestras teologías, estructuras, inserciones y pastorales. En
este sentido reafirmamos, la importancia del Vaticano II y de Medellín, como
grandes señales del Espíritu en nuestra Iglesia”.
@OscarElizaldeP
Publicado en: Revista Vida Nueva
Colombia No. 135
Fotos: Amerindiaenlared