En vos confío mi Selección
En
el país del Sagrado Corazón (y en el día del Sagrado Corazón), el fútbol es
religión. Colombia Vs. Argentina, clásicos de clásicos.
Religión
que se respete, celebra sus ritos. La cita era a las 5 de la tarde, pero desde tempranas
horas los fieles vistieron los ornamentos de la selección (o en su defecto alguna
prenda tricolor), respondiendo al mandato divino de @FALCAO: “Hoy todos de
amarillo, azul y rojo. Todos con la camiseta puesta en cualquier rincón del
globo su apoyo es nuestra fuerza”.
Pasaron
las horas. En la capital las camisetas amarillas inundaron las calles, el Transmilenio,
las oficinas, los Centros Comerciales… cual peregrinos impacientes en su fiesta de guardar. Además, ¡hoy es viernes!
Más de uno pensó en el paraíso, porque del infierno ya no se habla y el limbo hace mucho que no existe: “¿será que los goleamos 5 – 0 como hace diez años?”. Con el paso de las horas, los comunicadores, ¡cómo no!, fueron aumentando la fe de los creyentes con su “total cubrimiento” del máximo evento religioso de la fecha. Hoy todos teníamos que saber hasta el más mínimo detalle, so pena de excomunión.
Más de uno pensó en el paraíso, porque del infierno ya no se habla y el limbo hace mucho que no existe: “¿será que los goleamos 5 – 0 como hace diez años?”. Con el paso de las horas, los comunicadores, ¡cómo no!, fueron aumentando la fe de los creyentes con su “total cubrimiento” del máximo evento religioso de la fecha. Hoy todos teníamos que saber hasta el más mínimo detalle, so pena de excomunión.
De
repente, el cielo se oscureció. Algunos profetas sembraron la cizaña de la
duda: “¿y qué tal que Messi juegue?” (se había dicho que el astro estaría en la banca
debido a su reciente lesión). Para tranquilidad de todo el séquito de la
Selección, San @JosePekermanDT habló desde Buenos Aires: “Estamos preparados, juegue Messi o no”.
Llegó
la hora esperada. Sólo los infieles no buscaron algún pretexto para salir
temprano de su trabajo o cancelar alguna cita atravesada. Se encontraron los
amigos y realizaron el rito de entrada a cualquier lugar donde estaba el
santísimo televisor. Cualquier lugar o medio con “señal”, era sagrado.
Entonaron cantos y recitaron oraciones durante 90 minutos de juego (además de
los minutos de reposición). El pueblo entró en transe:
uyyyyy… hágaloooo… esoooo… noooo ¡Aleluya! Por David Ospina, el salvador.
Millones
sudaron la camiseta en comunión con la Selección, pero la fiesta patria terminó con
un 0 – 0. ¿Se nos dieron las cosas? ¿No se nos dieron las cosas? En el rito de
salida San @JosePekermanDT aclaró: “Colombia intentó llevarse los tres puntos
de Argentina”. Pero se llevó uno de oro, replicó el país en coro. Y así
concluye el día del Sagrado Corazón. Y los fieles celebraron el empate como
victoria. Tú reinarás, mi Selección, en vos confío para llegar a
Brasil 2014. Amén.
Foto: http://www.fundacionbat.com.co
Así es: el fútbol para muchos es religión. ¡Qué buena forma de contarlo! Te felicito por este espacio de esparcimiento.
ResponderEliminarY ya llevas 185 visitas!!! wow!
Te invito a visitar el mío en http://francaismyriam.blogspot.com
Aunque está en francés a la izquierda encontrarás el traductor.
Estimada Myriam, gracias por tus apreciaciones. Lo de las visitas ha sido una sorpresa... jejeje. Repasaré mi francés ;)
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