La Iglesia latinoamericana "redobla esfuerzos" para responder al CLAMOR de migrantes y refugiados
En la
ciudad fronteriza de Tijuana crece el drama de más de 15.000 migrantes y
solicitantes de refugio en los Estados Unidos, provenientes de México, Haití,
Turquía, Pakistán, Siria, Togó, Eritrea y Congo, mientras que aumenta el número
de niños y adolescentes centroamericanos que llegan a la frontera entre los dos
países en búsqueda de asilo –más de 26.000 en los últimos seis meses–, al igual
que las cifras de cubanos ‘varados’ en Centroamérica, y de venezolanos que
deambulan por varios países en búsqueda de oportunidades.
Estos
y otros alarmantes índices de flujo migratorio en la región, vinculados también
al grave flagelo de la trata de personas –que impacta fuertemente a República
Dominicana, Colombia, México y Brasil–, motivaron la creación del Consejo
Latinoamericano de Movilidad Humana y Refugio (CLAMOR), una iniciativa del
Departamento de Justicia y Solidaridad del CELAM (DEJUSOL) que busca responder,
precisamente, a los clamores de los migrantes, los refugiados y las víctimas de
la trata, mediante acciones articuladas entre organizaciones eclesiales latinoamericanas
comprometidas con la pastoral de la movilidad humana.
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Mons. Gustavo Rodríguez, presidente del DEJUSOL-CELAM |
El arzobispo de
Yucatán (México) y presidente del DEJUSOL, Gustavo Rodríguez, explica que “CLAMOR
nos permitirá fortalecernos en la unidad y caminar juntos, como organismos de
Iglesia en América Latina y el Caribe, para dar un mejor servicio a nuestros
hermanos migrantes, refugiados o víctimas de trata. Lo que hace cada diócesis,
cada nación y cada agrupación de Iglesia, en este campo, tenemos que
aprovecharlo de manera que entre nosotros no haya trabajos aislados, paralelos
ni mucho menos contrapuestos”.
Los
primeros pasos para la fundación de CLAMOR tuvieron lugar durante el seminario
latinoamericano organizado por el CELAM en Honduras, el pasado mes de septiembre,
con la participación de representantes de varias instituciones que acompañan
migrantes, desplazados, refugiados y víctimas de trata, que coincidieron en que
“para ofrecer una atención más integral es menester incrementar la colaboración
y las gestiones conjuntas”.
“Nos anima el éxito que ha tenido la Red Eclesial
Panamazónica, REPAM, que ha logrado articular los esfuerzos pastorales de
quienes trabajan en la Amazonía, en la defensa del medio ambiente y los pueblos
indígenas”, comenta Elvy Monzant, secretario ejecutivo del DEJUSOL, agregando
que “en el caso de CLAMOR, se trata de un esfuerzo de comunión que nos
permitirá denunciar situaciones de violación a los derechos de las personas en
movilidad, realizar campañas comunicacionales de sensibilización, ofrecer un
itinerario de formación integral a los agentes de pastoral, producir materiales
didácticos y realizar experiencias de trabajo
conjunto”.
Ante
la elección de Donald J. Trump como presidente de los Estados Unidos y su
anuncio de deportar migrantes indocumentados masivamente y “asegurar” la
frontera sur –como había prometido durante su campaña– Rodríguez afirma que “CLAMOR
tiene que actuar en favor de quienes lleguen”, asegurando que, además, “tenemos
que redoblar esfuerzos para atender a los migrantes que seguirán insistiendo en
cruzar la frontera, a pesar de que se construya el muro, lo cual hará mucho más
peligroso su intento”.
¿Quiénes hacen parte de CLAMOR?
Además
del DEJUSOL-CELAM, entre las organizaciones fundadoras del Consejo
Latinoamericano de Movilidad Humana y Refugio (CLAMOR) se encuentra la CLAR, Cáritas
América Latina y el Caribe, el Servicio Jesuita para Migrantes/Refugiados, las
redes de religiosas contra la Trata de Personas, Religiones por la Paz, y la
familia scalabriniana.
Fotos: La Jornada; Libertad de Expresión Yucatán; Crónicas de Asfalto
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