DESPUÉS DE BABEL: MEDIA CENTER COPACABANA
Hay
que recorrer la orla de la emblemática playa de Copacabana para llegar al Forte de Copacabana, en un pequeño
montículo, donde funciona una base militar y donde, desde el pasado sábado 20,
aproximadamente 6.000 periodistas nos fuimos acreditando para el cubrimiento de
la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) desde el Media Center de Copacabana
(MCC).
Un
equipo de voluntarios da rostro juvenil al lugar. Ellos y ellas han apoyado el
proceso de acreditación –nada fácil por la “sobrepoblación” de comunicadores y
periodistas– en portugués, español e inglés. Por supuesto, ya se presume que al
menos la mitad son brasileros. También hay muchos acentos: argentino,
americano, francés, alemán e incluso asiático.
Recibimos
un kit que incluye, además del manual
de prensa, una libreta de apuntes y un lapicero de material ecológico, la guía
del peregrino, el manual de liturgia, un libro sobre discipulado y otro sobre
bioética. Es decir, tenemos en nuestras manos los mismos instrumentos que
recibieron los peregrinos en sus coloridas mochilas (excepto las camisetas y
otros “accesorios” que, sin embargo, se pueden comprar la Tienda del MCC).
El
MCC no es otra cosa que una enorme tienda dispuesta con una sobria arquitectura
en el extremo sur-este de Copacabana, cuidadosamente equipada con cientos de
cubículos, zona de alimentación (cafetería), baños, puesto médico, centro de
fotocopias, un auditorio con capacidad para albergar 350 personas que,
evidentemente, no es suficiente para este mundo de acreditados. Por fortuna,
abundan las “pantallas planas” de buen tamaño y el sonido en prácticamente
todos los espacios.
Quienes
compartimos esta “tienda de encuentro” venimos de un variopinto mundo de las
comunicaciones católicas y no católicas. Desde directores de periódicos
parroquiales hasta las grandes cadenas internacionales. Por todas partes transita
gente en hábito, clergyman, jean o corbata. Así mismo, los dispositivos
digitales y fotográficos de última generación posiblemente están bajo este techo.
La
única “disonancia” es el idioma. El MCC no es una “Babel”, como muchos podrían
imaginar. En realidad hay dos palabras universales que se imponen a las
diferencias idiomáticas: JMJ y Francisco. Otra cosa es: ¿qué JMJ? y ¿cuál
Francisco? “That’s the question”,
diría Hamlet.
En
este mundo de la MCC estamos Antonio, Darío, Felipe y yo, compartiendo nuestros
puntos de vista desde una identidad particular: Vida Nueva, una palabra comprometida en la Iglesia.
Atardeció
y anocheció el primer día de Francisco en Río. ¡Todo fue muy bueno! El MCC
cierra a la medianoche y abrirá sus puertas a las 8:00 a.m.
No hay comentarios:
Publicar un comentario