martes, 23 de septiembre de 2014

Los devotos también votan


Marina Silva y el ascenso del poder evangélico en Brasil



Uno era el escenario electoral en la disputa por la presidencia de Brasil antes del trágico accidente aéreo del 13 de agosto que cobró la vida del candidato del PSE, Eduardo Campos, y de seis personas más. En ese momento, la candidata-presidenta Dilma Rousseff, del PT, y Aécio Neves, representante del PSDB, se postulaban como posibles vencedores de la primera vuelta, que tendrá lugar el próximo 5 de octubre. Sin embargo, la inusitada y arrolladora emergencia de la ecologista evangélica Marina Silva, tras asumir las banderas de Campos –de quien fuera su vicepresidenta– a menos de dos meses del cierre de la contienda electoral, ha puesto en evidencia, una vez más, que la política es una amalgama de variables impredecibles.

Las últimas encuestas de Ibope y Datafolha han sido reiterativas al señalar el favoritismo de Rousseff y de Silva. Por primera vez en la historia de Brasil, dos mujeres podrían disputar la presidencia de la república el 26 de octubre, cuando se lleve a cabo la segunda vuelta electoral. Más aún, faltando menos de dos semanas para la primera vuelta, las estadísticas señalan un posible empate técnico y hace una semana eran favorables a la candidata evangélica, quien podría poner fin a los doce años de gobierno petista, al vencer por 7 puntos de ventaja a Dilma (46% sobre 39%, según Ibope, y 48% sobre 41%, según Datafolha).

Si a este contexto se suma el apoyo amplio y manifiesto que los evangélicos están dando a Marina, no es extraño que muchos se estén preguntando si su campaña también es una plataforma para que el poder evangélico, que ya viene conquistando múltiples espacios en los medios de comunicación, llegue, de una vez por todas, al Palacio de Planalto.


Se estima que los católicos son el 60% del electorado brasilero, los evangélicos pueden llegar al 24%, y las demás religiones, incluyendo a los agnósticos, representarían el 16% de los electores. Frente a este panorama, los candidatos no se han mostrado ingenuos ante la posibilidad de sumar votos en los templos, considerando el dinamismo de los devotos en las urnas. De ahí que ninguno haya faltado al debate electoral promovido por la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil (CNBB por su sigla en portugués) en el santuario de Aparecida, el pasado 16 de septiembre, pero tampoco haya desaprovechado la ocasión para aproximarse a las grandes iglesias evangélicas como la Universal del Reino de Dios, que recientemente inauguró su imponente Templo de Salomón en São Paulo, cuya extensión supera casi cuatro veces el santuario de la “padroeira” de Brasil.

Con más de 1,87 millones de seguidores, según el censo de 2010 del Instituto Brasilero de Geografía y Estadística, no es extraño que la Universal convoque a la clase política del país. Además, 42,3 millones de evangélicos brasileros constituyen un codiciado bastión electoral, teniendo en cuenta que se trata del grupo religioso que más ha crecido en los últimos años.

Con todo, más allá de que el poder evangélico rodee la campaña de Marina Silva, para el teólogo Vanildo Zugno “lo que realmente preocupa es que se llegue a un punto de moralización política y de politización de la moral, propio de los tiempos de cristiandad, donde el Estado y la Religión se tornan indisolubles”.


De hecho, los temores frente a una excesiva dependencia de la candidata evangélica ante los grupos conservadores se intensificaron cuando retiró algunos puntos de su propuesta de gobierno, referidos a la defensa de las reivindicaciones de las comunidades LGTBI, después de que el pastor Silas Malafaia, reconocido por su influencia en las redes sociales, manifestara su indignación en un tuit: “la candidata miembro de la Iglesia Evangélica Asamblea de Dios está haciendo una defensa vergonzosa de la agenda gay”. El mismo Malafaia amenazó diciendo que sería “contundente” con Marina si no asumía una posición al día siguiente.

Aunque algunos opinan que la influencia de la religión en una hipotética administración de Marina es discutible, porque Malafaia y otros pastores no tendrían en el gobierno el mismo poder que han tenido en la redacción sus propuestas, el fantasma del fundamentalismo religioso ronda en el imaginario electoral, al punto de que fue necesario que su vice, Beto Albuquerque, saliera en su defensa diciendo que “ni la política debe mandar en la religión, ni la religión en la política”.

En temas como los derechos de los homosexuales, la legalización de la droga, la reducción de la mayoría de edad penal y el aborto, es evidente la radicalización de las posturas religiosas y las fricciones son más que previsibles. No obstante, afirmar que la religión se está comenzando a meter en la política, no es un asunto novedoso, según el historiador Leandro Karnal: “en el Brasil, Estado e Iglesia estuvieron fundidos hasta la República. Pueden variar los actores, pero el camino es muy antiguo. No hay nada nuevo bajo el sol. El Estado laico es un sueño centenario, la teocracia, una realidad milenaria”.

Karnal también asegura que es un error mantener el viejo cliché de que “la religión es el opio del pueblo”, dado que las organizaciones religiosas pueden encarnar actitudes críticas, e incluso revolucionarias, de cara a la realidad política y social. Por último, frente a la postulación de que los evangélicos están cambiando la política brasilera, el historiador replica que “hasta el momento, eso no puede ser sostenido con datos. También sería posible decir lo contrario: la política brasilera está cambiando a los evangélicos, considerando que Geisel era luterano, Fernando Henrique Cardoso, ateo, y Lula, católico”.

@OscarElizaldeP

viernes, 28 de marzo de 2014

Sor Cristina



¿Una monja pop-star?


Sor Cristina Scuccia es siciliana, tiene 25 años, vive en Milán, pertenece a las ursulinas, una congregación religiosa que trabaja en el campo de la educación, y canta. Hasta hace poco era una monja desconocida. Ahora su nombre, como el de una celebridad, aparece en los medios de comunicación, las redes sociales y entre los videos más visitados. ¿Ha nacido una estrella?

En una de las sesiones de audición del talent show “La Voz”, que transmite la RAI en Italia, aparecen los cuatro jurados de espaldas al escenario. Comienza la música y la cámara hace un primer plano de los zapatos negros de la religiosa –sencillos como los del papa Francisco– llevando el compás de la canción. No ha terminado de cantar la primera frase cuando el público se pone de pie para ovacionarla. Ni la toca, ni el hábito, ni la cruz, que simbolizan su consagración a Dios, le impiden moverse “como un pájaro” mientras canta, con voz celestial, “No one” de Alicia Keys.

Uno a uno, los jurados se dan la vuelta para descubrir de quién se trata. Sus rostros reflejan la sorpresa y la conmoción que les produce confrontar la voz con la imagen jovial de la monja. “Soy una monja de verdad”, aclara sor Cristina, “creo que tengo un don y lo comparto con todos”. “¿Qué dice El Vaticano sobre usted?”, le pregunta Rafaella Carrà, en nombre del jurado, y sor Cristina responde con naturalidad: “realmente no sé”, y dice que espera una llamada del papa Francisco.

El video de la audición circula por las redes sociales y ha sido tema de no pocas agencias de noticias alrededor del mundo. Una semana después, el video en Youtube ya superaba 35 millones de visitas. Y el fenómeno continúa.


Más de uno se podrá preguntar si sor Cristina evangeliza a la sociedad del espectáculo o si la sociedad del espectáculo evangeliza a sor Cristina. Ella tiene claro que su opción por la vida consagrada la lleva a “salir a evangelizar”, como insiste el papa Francisco, incluso a las periferias de la sociedad del espectáculo. Sabe que el mismo Dios que un día la llamó a consagrarse a su servicio, no le ha quitado ninguno de los dones que ya le había dado. Antes bien, “la música es un instrumento para tocar los corazones”, según comentó posteriormente.

Puede ser que con la ayuda de su coach, el rapero J-A-X –conocido  por sus temas reivindicativos– logre avanzar a la siguiente fase del concurso. Sin embargo, independientemente de lo que suceda con la monja pop-star, a sus 25 años bien podría ser un ícono –que no es lo mismo que un ídolo– de la nueva generación de Francisco.

Sor Cristina sorprende por su manera de integrar lo humano y lo divino. Su voz grita que se puede servir a Dios y realizarse humanamente, sin dicotomías. Y parece que sus hermanas de comunidad también lo han entendido –se ven muy animadas en la audición–.

Las opiniones de creyentes y no creyentes son muy favorables. El testimonio de sor Cristina ha tocado muchas fibras. Alicia Keys escribió en su cuenta de Twitter: “Now, That's what beautiful, pure energy looks like! Sing it, sister Christina!” (Bueno, eso es hermoso, ¡se nota pura energía! ¡Cántalo, sor Cristina!).

Ha hecho mucho lío la audición a ciegas del programa “La Voz” de Italia, por cuenta de una joven religiosa. Con su voz, sor Cristina está evangelizando “La Voz”. Ojalá que el papa Francisco la llame y la invite a hacer parte del Pontificio Consejo para la promoción de la Nueva Evangelización.

@OscarElizaldeP

Publicado en: http://blogs.eltiempo.com/confesiones/2014/03/28/cristina-la-monja-que-evangeliza-con-su-voz/

miércoles, 19 de marzo de 2014

Un año con Francisco



Balance pastoral del primer año de Francisco


Por estos días en los que se conmemora el primer aniversario de Francisco como obispo de Roma, escuché decir a una parroquiana –que bien podría tener la misma edad del Papa– una gozosa expresión: “Francisco es el Papa que estábamos esperando desde el Concilio Vaticano II”.

A la hora de los balances, abundan las miradas sobre la reforma de la Curia romana, los cardenales que salieron y los que están llegando a ocupar lugares “representativos” en la Santa Sede, los que se resisten a la eclesiología de Francisco, e incluso hay quienes especulan sobre los peligros y las amenazas que afronta el Papa.

Otros son los balances que se pueden hacer desde el punto de vista pastoral. En los gestos, las palabras y las acciones que Bergoglio está llevando a cabo, resuena el clamor de Aparecida: “la Iglesia necesita una fuerte conmoción que le impida instalarse en la comodidad, el estancamiento y en la tibieza, al margen de los pobres del continente” (DA 362). La suya es la pastoral de la periferia, de las bienaventuranzas y de la misericordia, que prioriza la opción preferencial por los pobres “implícita en la fe cristológica”, como señaló en su momento Benedicto XVI. Bajo este crisol, es necesario oler a oveja y hacerse próximos de los que sufren, superando ciertos “ismos”: carrerismo, clericalismo…

A un año de camino, las posturas pastorales de Francisco deslumbran por su potencial humanizante: la ternura, la acogida, el diálogo, la cercanía, la sencillez y la austeridad que promueve el Papa, revelan la Alegría del Evangelio que, ciertamente, es contracultural. Es un nuevo aire que entusiasma a muchos y preocupa a otros. Además, nunca como ahora el Pueblo de Dios, particularmente los laicos y las laicas de a pie, se habían sentido interpelados a asumir su “mayoría de edad”, en la comunión y en el liderazgo pastoral. Es la eclesiología que promulgó el Vaticano II y, seguramente, la que motivó la evocación de la mujer parroquiana, 50 años después.

Óscar Elizalde Prada
@OscarElizaldeP

Foto: http://www.vidanueva.es/2014/03/07/un-ano-de-revolucion-francisco-aire-fresco-a-la-iglesia/  
Publicado en: Vida Nueva España 2885 (edición impresa).

martes, 7 de enero de 2014

A propósito de la tradición de los Reyes Magos



No eran reyes pero sí eran magos



Los italianos acostumbran decir que “con la Epifanía se acaban las fiestas” (L’ Epifania tutte le feste porta via). En efecto, en el calendario litúrgico católico la celebración de la “manifestación” del Señor –que es lo que quiere decir Epifanía– marca el final del tiempo de Navidad.

También se conoce como la fiesta de los “Reyes magos” y en algunas regiones el 7 de enero –y no el 24 de diciembre– se intercambian regalos y detalles, como lo hicieran estos tres extranjeros que llegaron hasta una pesebrera para ofrecer sus dádivas al niño rey.

Recoger el pesebre y guardar las figuras que representan a los peregrinos que provenían de oriente, puede ser una ocasión para meditar sobre los significados de su iconología, más allá de las tradiciones.

¿Eran reyes?, ¿eran magos?, ¿eran tres?, ¿cómo se llamaban? Mateo –el único evangelio que profundiza en este episodio– no habla de reyes pero sí de “unos magos de oriente”, sin precisar cuántos fueron. Algunas tradiciones dicen que fueron dos, tres, cuatro, ocho y hasta doce sabios. Incluso, en 1985 Michael Ray Rhodes llevó a la pantalla grande la tradición de “el cuarto rey mago” (The four wise man).

Los nombres de Melchor, Gaspar y Baltasar provienen de un manuscrito itálico del siglo IX. Sobre su procedencia, se ha creído que eran persas, babilónicos, árabes, pero también hay quienes postulan que eran esenios de Qumrán, una comunidad que aguardaba en el desierto la llegada del Mesías.

En los tiempos en los que se escribe este evangelio –entre  los años 70 y 80 d.C.– la palabra “magos” revestía diversos significados: personas dadas a la magia, propagandistas religiosos, sacerdotes persas, charlatanes, pero sobre todo, astrólogos babilonios que también practicaban la adivinación, la medicina y la interpretación de los sueños. En cuanto al título de reyes, posiblemente se trate de una referencia posterior al versículo 11 del salmo 72: “… todos los reyes se postrarán ante él”.





Hay un detalle que llama la atención. Una señal guía a los magos en su búsqueda: la estrella. Según las creencias orientales, cuando nacía un gran personaje –un rey, por ejemplo– se registraba en el firmamento la aparición de una nueva estrella. De ahí la inquietud de Herodes por averiguar dónde nacería el Mesías esperado.

Son detalles que hoy se conocen gracias a los estudios de las ciencias bíblicas. Sin embargo, más importante que estas sutiles muestras de cultura religiosa, podría ser la pregunta por el mensaje de los magos dejan a quienes peregrinan en búsqueda de sentido.

Los magos comprendieron su misión de buscadores y no descansaron hasta encontrar lo que buscaban, a pesar de que no siempre tuvieran claro qué era ni a dónde los llevaría. Para el cristiano, seguir a Jesús es un desafío permanente, una exigencia de todos los días, ante las numerosas distracciones que suelen desorientar y confundir. Como los magos, es necesario centrar la mirada en lo esencial y discernir la vida cotidiana. Aquí la fe juega un importante papel.

¿Cuál fue su clave de éxito? Aferrarse a una estrella. Basta una señal, por pequeña que sea, para creer que es posible caminar. No en vano los padres del Concilio Vaticano II recomendaron hace 50 años estar atentos a “los signos de los tiempos”. Los signos aparecen en el camino, aunque a veces no sean tan evidentes: una persona, una lectura, un acontecimiento, pueden ser el origen de una gran esperanza. Aunque algunos nubarrones intenten disuadir la mirada, la estrella permanece en el firmamento.

Justamente a propósito de la estrella que guió a los magos, el papa Francisco en una de sus más recientes homilías ha dicho que “un aspecto de la luz que nos guía en el camino de la fe es la santa 'astucia'. Se trata de esa sagacidad espiritual que nos permite reconocer los peligros y evitarlos. Los magos supieron usar esta luz de 'astucia' cuando, de regreso a su tierra, decidieron no pasar por el palacio tenebroso de Herodes, sino marchar por otro camino”.

Al retomar las jornadas laborales, los estudios o las actividades cotidianas, después de unos días de celebraciones y de descanso, bueno es recordar la vocación de buscadores, aferrarse a una estrella y no olvidar la “santa astucia” para mantenerse firme en el camino de la felicidad.

@OscarElizaldeP

Fotos: http://www.siquia.com; http://www.esacademic.com; http://profjorgevillalba.blogspot.com
Publicado en: http://blogs.eltiempo.com/confesiones/2014/01/07/no-eran-reyes-pero-si-eran-magos/