jueves, 24 de marzo de 2016

Escuela Social del CEBITEPAL

El CELAM apuesta por la repercusión social del Evangelio


Con un significativo acto académico fue inaugurada la Escuela Social del Centro Bíblico, Teológico y Pastoral para América Latina y el Caribe (CEBITEPAL) del CELAM, el 14 de marzo de 2016, en las instalaciones del mismo CEBITEPAL, en Bogotá.

El acto inaugural estuvo presidido por el cardenal Rubén Salazar Gómez, arzobispo de Bogotá y presidente del CELAM; monseñor Juan Espinoza, obispo auxiliar de Morelia, secretario general del CELAM y rector del CEBITEPAL; y la Dra. Susana Nuin Nuñez, directora de la Escuela Social; con la participación del Pbro. Leonidas Ortiz, secretario adjunto del CELAM; el Dr. Patricio Merino Beas, director de la Escuela Teológica y vicerrector del CEBITEPAL; el Pbro. Guillermo Acero, director de la Escuela Bíblica; y el Pbro. Moisés Pérez, vicerrector pastoral del CEBITEPAL; además de otros directivos del CELAM y de un representativo grupo de estudiantes, asesores y miembros de la comunidad formativa que hará parte de esta nueva apuesta formativa del episcopado latinoamericano y caribeño para la evangelización de lo social.

La Escuela Social es la unidad responsable de la formación, la reflexión, la investigación y el discernimiento de instrumentos metodológicos para la transformación de la realidad en América Latina y El Caribe. En este sentido, durante su inauguración el cardenal Rubén Salazar afirmó que “tiene la finalidad de descubrir en la realidad la presencia salvadora de Dios, para que como Iglesia tengamos las claves hermenéuticas de esa realidad y podamos secundar la acción salvadora de Dios”, considerando que “cada vez es más claro que evangelizar no es predicar, no es llevar a Dios a los demás, porque Dios ya está en medio de la historia, de las circunstancias y de las realidades de las personas. Nos corresponde, entonces –afirmó el presidente del CELAM– hacer posible que a la luz del Evangelio las personas descubran la presencia de Dios, la acepten y por lo tanto, al aceptarla, se transformen”.

“La repercusion social del Evangelio” es, por lo tanto, una de las grandes tareas encomendadas a la Escuela Social, máxime cuando se constata que la desigualdad, la violencia y el catolicismo constituyen el ‘común denominador’ de los pueblos latinoamericanos y caribeños, como expuso el politólogo y educador mexicano Juan Luis Hernández, miembro del equipo formador de la Escuela Social. Ante esto, “una verdadera evangelización debe repercutir en la construcción de la sociedad”, insistió el cardenal Salazar, reconociendo que en muchas oportunidades a nivel de la Iglesia “nos hemos contentado con mantener unas ciertas estructuras, pero no hemos sido capaces de que el Evangelio penetre en las conciencias y en las estructuras sociales y comunitarias”.

Por su parte, el rector del CEBITEPAL recordó en su intervención si bien es cierto que la misión pastoral del CELAM, de cara a las realidades desafiantes de los pueblos de América Latina, se ha encaminado “a instaurar el Reino de Dios, transformar las realidades denigrantes, defender los derechos de todos, especialmente de los más débiles, fortalecer la dignidad humana, y potenciar los valores culturales de nuestros pueblos (…); es también un hecho que las labores sociales y la proyección concreta de la palabra reflexionada, meditada y celebrada, aún es muy poco vivida y compartida en el diario caminar”. De este modo, monseñor Juan Espinoza aseveró que “son muchas las discrepancias entre fe y vida, entre fe cristiana y compromiso social. Muchos de nosotros que nos decimos cristianos católicos permanecemos aún en un ámbito muy intimista que no nos compromete a una salida al encuentro de nuestros hermanos, ni mucho menos a ser ‘buenos samaritanos’ con la sociedad que sigue postrada a nuestro paso cotidiano”.

De este modo, apoyándose en el rico patrimonio de la Doctrina Social de la Iglesia, monseñor Juan postuló que “con la inauguración de la Escuela Social del CEBITEPAL, deseamos iniciar un intenso trabajo de evangelización que contribuya para que la Iglesia latinoamericana y caribeña siga siendo una Iglesia misionera en salida, pobre para los pobres (…), con la firme esperanza de que todas las iniciativas académicas sean un real aporte a la transformación de las realidades más dolorosas y urgentes que sufren nuestros pueblos latinoamericanos y caribeños”, aunque sin desconocer el peligro que representa reducir esta delicada misión a la tentación de la ‘teorización’.

En esta misma perspectiva, la Dra. Susana Nuin profundizó sobre los elementos constitutivos de la Escuela Social, considerando los interlocultores latinoamericanos y caribeños que la inspiran y la vocación de comunión y unidad que caracteriza al CELAM. “La Escuela Social puede ser un ámbito donde la articulación y la convergencia puedan dar posibilidad a las múltiples expresiones de pensamiento y vida que se extienden por el continente en la dimensión social, económica, política, y cultural”, dijo la directora de la Escuela Social, señalando que se trata de “un trabajo fundado en la relacionalidad” y “en el patrimonio de las culturas latinoamericanas” que sostienen la metodología que ha sido diseñada para “accionar en un escenario sistémico”.

Asimismo, en la Escuela Social “la opción por la interdisciplinariedad y la transdisciplinaridad posibilita la búsqueda de saberes integrados, capaces de responder a la dimensión total de la persona y la comunidad”.

Estas prospectivas de ‘latinoamericaneidad’ en clave ‘inter’ (intercultural, interdisciplinar, interinstitucional e internacionalidad) se concretizan en los estudiantes y en los profesores e investigadores adscritos a la Escuela Social, provenientes de diversas latitudes del continente.

Una pléyade de selectos académicos y pastoralistas “testigos de lo social” –muchos de ellos presentes durante el acto de inauguración– apoyarán los programas formativos de la Escuela Social. Entre ellos se encuentran el jesuita argentino Juan Carlos Scannone, el dominico peruano Gustavo Gutiérrez, la teresiana uruguaya Cristina Robaina, el lasallista costarricense Álvaro Rodríguez Echeverría, la salesiana colombiana Sara Sierra, el mexicano Juan Manuel Hurtado, la uruguaya Ana María Bidegain, el mexicano Juan Luis Hernández, el argentino Alberto Ivern, la brasilera Maria Clara Bingemer, además de varios rectores de universidades católicas del continente.

Adicionalmente, la Escuela Social ha recibido el apoyo algunas reconocidas universidades pontificias como Notre Dame (Estados Unidos), Salamanca (España), la Urbaniana (Italia), y de varios institutos afines, como el Instituto Mexicano de Doctrina Social Cristiana (IMDOSOC), el Centro Latinoamericano para el Desarrollo, la Integración y la Cooperación (CELADIC), el Centro de Investigación Social Avanzada (CISAV), el Instituto Bartolomé de las Casas de Perú, el Centro de Estudio y Difusión de la Doctrina Social de la Iglesia de Uruguay (CEDISDOC), el Centro de Estudios Filosóficos y Teológicos de Córdoba–Argentina (CEFyT), el Centro Latinoamericano de Evangelización Social (CLAdeES) y la Red Latinoamericana y Caribeña del Pensamiento Social de la Iglesia (REDLAPSI). Estas instituciones, los mismo que algunos de los docentes de la Escuela Social participaron en el acto inaugural por videoconferencia, compartiendo mensajes de cercanía, solidaridad, apoyo y comunión.

De igual forma, el cardenal Peter Turkson, presidente del Pontificio Consejo de Justicia y Paz, participó en la jornada a través de un mensaje en el que destacó la importancia de esta iniciativa para fortalecer la dimensión social de la evangelización en América Latina y el Caribe, en el marco del ministerio del papa Francisco y recordando que “la obra eclesial de la evangelización no estaría completa si no tuviera en cuenta la interpelación recíproca que en el curso de los tiempos se establece entre el Evangelio y la vida concreta, personal y social del hombre”, como propuso Pablo VI.

Con la inauguración de la Escuela Social el CELAM afirma su preocupación por lo social y, más concretamente, por la repercusión social del Evangelio, como ya lo ha venido haciendo, ahora con el deseo de “discernir los signos de los tiempos de la realidad latinoamericana, a la luz de la Palabra de Dios, del Magisterio de la Iglesia –especialmente de la Doctrina Social– con miras a la re-evangelización de las relaciones sociales, tanto locales, como nacionales, e internacionales, mediante la investigación y el ofrecimiento de itinerarios formativos”.

Miembros del equipo formador de la Escuela Social
Fotos: CEBITEPAL

lunes, 14 de marzo de 2016

CELAM: formación interdisciplinar y latinoamericana

CEBITEPAL en camino de consolidación


Muchas reuniones y espacios de coordinación fueron necesarios al interior del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) para configurar una nueva experiencia de formación de agentes de pastoral, de carácter integral, interdisciplinar e intercultural, al servicio de las 22 Conferencias Episcopales del continente, con los rasgos propios de la teología y de la pastoral latinoamericana, para responder a los imperativos del discipulado misionero señalados en Aparecida (2007).

Fruto del discernimiento y la colegialidad episcopal, el Centro de Estudios Bíblico Teológico Pastoral para América Latina y el Caribe (CEBITEPAL) expresa el compromiso del CELAM con la promoción de “una Iglesia en salida, pobre para los pobres, en permanente conversión pastoral y en diálogo con el mundo, para anunciar con alegría a Jesucristo, vida plena para todos los pueblos”, como reza el Plan Global cuatrienal 2015-2019, al tiempo que refleja la “latinoamericaneidad” de este organismo eclesial.

De acuerdo con su rector, monseñor Juan Espinoza Jiménez, quien también es el secretario general del CELAM, esta dimensión latinoamericana y caribeña hace parte de la identidad del CEBITEPAL y constituye uno de sus más relevantes valores agregados: “queremos ofrecer un espacio donde todos los latinoamericanos podamos encontrarnos para reflexionar, formarnos y aportar a la transformación de realidades y estructuras”. 

Escuelas



Con su especificidad, cada una de las tres Escuelas que constituye el CEBITEPAL apuntan en este sentido, sin perder de vista el rico legado de los institutos que las precedieron (ver recuadro). Ciertamente, como comenta el presidente del CELAM, el cardenal Rubén Salazar Gómez, “la Escuela Bíblica implementa todo lo relacionado con el estudio de la Sagrada Escritura a la luz de las realidades latinoamericanas, para que sean iluminadas por la luz de la Palabra de Dios; la Escuela Teológica busca capacitar a agentes de evangelización entregándoles las herramientas necesarias para cumplir su tarea evangelizadora; y la Escuela Social tiene que ver no solamente con la difusión de la Doctrina Social de la Iglesia, sino también con el análisis permanente de la realidad, para que podamos responder a lo que el Señor y nuestros pueblos necesitan”.

Al frente de cada Escuela se encuentra un sacerdote, un laico y una laica: el eudista Guillermo Acero Alvarín, director de la Escuela Bíblica; el doctor Patricio Merino Beas, director de la Escuela Teológica y vicerrector académico, y la doctora Susana Nuin Núñez, directora de la Escuela Social y directora Editorial. Ellos, junto con el rector y el vicerrector pastoral, el padre Moisés Daniel Pérez, constituyen el consejo directivo que orienta y anima los 26 programas del CEBITEPAL, en los que se observan procesos de sinergia e interdependencia en el ámbito de la formación, la investigación, la docencia, la reflexión y la acción evangelizadora “en salida”, hacia las circunscripciones eclesiásticas más pobres del continente.

A nivel formativo, se ofrecen cursos, diplomados de actualización y especialización, seminarios avanzados y postgrados que se ajustan a los intereses y posibilidades de estadía de los estudiantes en Bogotá –donde se encuentra la sede del CEBITEPAL– aunque también se cuenta con ambientes educativos virtuales, por ejemplo, en la formación de agentes para la animación bíblica de la pastoral y la evangelización de lo social. Esta oferta formativa también contempla a los agentes que actían en la pastoral social –Cáritas–, a los jóvenes políticos comprometidos con la transformación de la realidad, y a los jóvenes y niños animadores de la Lectura Orante de la Palabra de Dios (Lectio Divina), cobijados en los programas de “lectionautas” y “discipulitos”, respectivamente.

En el campo de la investigación, la traducción de la Biblia de la Iglesia en América (BIA) sigue siendo una prioridad: luego de la publicación anticipada del Nuevo Testamento (PPC, 2015) se está avanzando en la del Antiguo y la de la BIA completa. Asimismo, el Observatorio Pastoral continúa potenciando sus acciones de articulación con otros centros de investigación y observatorios en el Continente, lo mismo que el grupo de reflexión interdisciplinar en antropología trinitaria. Por otra parte, se han previsto nuevas investigaciones y publicaciones con énfasis bíblicos, teológicos y sociales, desde una perspectiva latinoamericana –como es el caso del Diccionario Bíblico Social–, que marcan la línea editorial del CELAM, como también ocurre con la Revista Medellín, que acaba de cumplir 40 años, consolidándose como uno de los mayores patrimonios académicos del CEBITEPAL.

Adicionalmente y en consonancia con al Magisterio del papa Francisco, una de las mayores novedades del CEBITEPAL tiene que ver con la posibilidad de acercar solidariamente su propuesta formativa, en “salida misionera”, a algunas de las regiones más pobres de Latinoamérica, mediante modalidades itinerantes que conjugan la presencialidad con la virtualidad. 

Respaldo y aval 


Aunque el CEBITEPAL cuenta con el respaldo académico de varias destacadas Universidades Pontificias, sus estudiantes también avalan la pertinencia de sus programas y su plus latinoamericano. El proceso vivido por Martha Rocío Morales Heredia, de la arquidiócesis de Bogotá, la llevó a afirmar que “ha sido el mejor encuentro con mi realidad y mi fragilidad, y el curso me ha fortalecido para salir a acompañar a otros”. Óscar Villaruel Orozco, de la diócesis de San Juan de los Lagos (México), al concluir el diplomado en pastoral catequética, manifestó haber “encontrado una Iglesia viva en su reflexión teológica, inmensamente inquieta en el deseo de una pastoral activa y llena de auténtico sentido evangelizador para responder a los nuevos desafíos de la Iglesia renovada que necesitamos”. Por su parte, Pablo Ardiles, de la arquidiócesis de Córdoba (Argentina), valoró la posibilidad de “compartir la vida de la Iglesia que peregrina en América Latina y descubrir el espíritu de Aparecida que nos anima a todos”.

En palabras del vicerrector académico, “hoy podemos decir que el CEBITEPAL reúne y centra toda esa gran tradición formativa del CELAM, pero no se limita a recoger toda la experiencia y tradición de estos años, sino que también se quiere perfilar hacía el futuro como una instancia cualificada, pertinente, actual, acorde a los nuevos desafíos y a los planteamientos que la dinámica evangelizadora le presenta a la Iglesia en América Latina y el Caribe”.



Los precursores

El CEBITEPAL se nutre de la trayectoria algunos Institutos del CELAM que fungen de precursores: el Instituto Teológico Pastoral para América Latina (ITEPAL), con más de 40 años, el Centro Bíblico Pastoral para América Latina (CEBIPAL) y del Observatorio Pastoral para América Latina (OBSEPAL), con más de una década ambos.

Como dato interesante, en la fundación del ITEPAL, en 1974, también convergieron cuatro Institutos que datan de los primeros años del CELAM: el Instituto Latinoamericano de Catequesis (ICLA) de Chile, creado en 1960, y su homólogo de Manizales, que comenzó a funcionar en 1965, el Instituto de Liturgia Pastoral de Medellín (ILP) –ese mismo año– y el Instituto Latinoamericano de Pastoral de Quito, que surgió en 1968.


Publicado en Vida Nueva Colombia No. 139
Fotos: CEBITEPAL 

miércoles, 9 de marzo de 2016

Becas para estudiar educación religiosa en la ULS

Las becas de la misericordia



La Universidad de La Salle ofrece el 50% de la matrícula en educación religiosa durante toda la carrera

“La verdadera misericordia es la capacidad de amar sin esperar nada a cambio, gratuitamente, no solo porque no cuesta sino porque la misericordia es una gracia que nos permite transparentar el misterio de Dios en todo lo que hacemos”. Así explica el hermano Carlos Gómez Restrepo, rector de la Universidad de La Salle, el sentido último del Jubileo de la Misericordia propuesto por el papa Francisco, aplicándolo al escenario de la universidad católica.

Desde esta perspectiva, la Universidad de La Salle ha asumido el Año de la Misericordia “como una invitación a crear caminos que posibiliten, desde la educación y la fe, procesos que se encaminen a una mayor humanización en el contexto de la paz”, que en el caso concreto de los jóvenes que desean cualificar su fe con experiencias y saberes pedagógicos que les permitan generar alternativas de justicia, verdad y reconciliación, se materializa a través de una propuesta de becas para quienes deseen cursar la licenciatura en Educación Religiosa.

De acuerdo con la hermana Amparo Novoa, directora de la licenciatura, “es con este espíritu que la Universidad, a través de nuestro programa, ofrecerá a partir del segundo semestre de 2016 una beca del 50% en el valor de la matrícula de toda la carrera a los jóvenes miembros de las comunidades religiosas, que colaboran en parroquias, que trabajan en colegios, que participan en ONGs y en general a toda la población interesada en potencializar sus competencias y su integralidad, con el propósito de contar con educadores y educadoras capaces de asumir los desafíos del posconflicto”.

La iniciativa ha sido muy bien recibida entre los docentes y los estudiantes del programa. Juan Sebastián Herrera Salazar, un joven hermano marista que cursa quinto semestre, considera que “la edificación de la paz en Colombia se construye con la cualificación de profesores que desde el colegio, cada vez más, hacen posible que se adopte un estilo de vida de no violencia y de resolución pacífica de conflictos. En este sentido –agrega– la Educación Religiosa Escolar (ERE) se convierte en un espacio privilegiado de formación escolar, mientras que la apuesta por la paz se sigue extendiendo desde nuestro programa de licenciatura en Educación Religiosa, pues con las becas que se ofrecen se busca facilitar el ingreso de otros estudiantes que por dificultades económicas no habían podido acceder al pregrado”. Para Juan Sebastián, esta apuesta da vida al año de la misericordia: “la Universidad quiere ser concreta en su opción de misericordia dando facilidades económicas para que muchas personas que así lo deseen, se cualifiquen en la docencia de ERE”.

También Yessica Lizeth Fonseca Ortiz, una religiosa de las Esclavas del Sagrado Corazón que se encuentra cursando su primer semestre en el programa, coincide en que “esta iniciativa es una oportunidad para tener gestos tangibles, como Iglesia, que respondan a la invitación del papa Francisco de ser mediadores entre la misericordia del Padre y la realidad vital del estudiante, para quien la beca también es una ocasión para experimentar la misericordia y entrar en esta dinámica que nos toca a todos, en nuestros diferentes contextos, como laicos o religiosos”.

Particularmente se espera que los laicos sean los principales beneficiarios de las becas que ofrece el programa de licenciatura en educación religiosa de la Universidad de La Salle, de modo que “potencialice el laicado en la Iglesia, reconociendo su inagotable papel como ‘dispensadores’ de la misericordia”, según afirma el hermano Carlos.


Publicado en Vida Nueva Colombia No. 141
Fotos: ULS