miércoles, 18 de marzo de 2015

REPAM - Red Eclesial Pan-Amazónica

Una Iglesia con rostro amazónico


Como “un nuevo incentivo y un aldabonazo para la obra de la Iglesia en la Amazonia” calificó el cardenal brasilero Cláudio Hummes, OFM, la creación de la Red Eclesial Pan-Amazónica (REPAM). “Allí la Iglesia quiere ser, con valor y determinación, Iglesia misionera, misericordiosa, profética, cercana a toda la gente, especialmente a los más pobres, a los excluidos, a los descartados, a los olvidados y a los heridos. Una Iglesia con ‘un rostro amazónico’ y un ‘clero autóctono’, como propuso el Papa en un discurso a los obispos de Brasil”, agregó el presidente de la Comisión para la Amazonia de la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil (CNBB).

El mensaje del cardenal Hummes se sumó a las palabras pronunciadas por el cardenal Peter Turkson, presidente del Pontificio Consejo de Justicia y Paz; monseñor Pedro Ricardo Barreto Jimeno, SJ, arzobispo de Huancayo (Perú) y Presidente del Departamento de Justicia y Solidaridad del Consejo Episcopal Latinoamericano (DEJUSOL-CELAM), Michel Roy, Secretario General de Caritas Internationalis, y Mauricio López, Secretario Ejecutivo de la REPAM, durante la presentación de la Red en el Aula Juan Pablo II de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, el pasado 2 de marzo.

El cardenal Turkson destacó “no sólo el enorme significado simbólico que reviste para la Iglesia en la Sede de Pedro, sino también la voluntad de darle visibilidad”. En este sentido, señaló tres características que se derivan de su plataforma, estructura y modo de funcionamiento, así como de sus prioridades de acción y de su modo de acreditación, que bien “podría servir de modelo a iglesias locales de otros continentes que deben enfrentar retos parecidos”.

  • En primer lugar, la transnacionalidad de la Red refleja “la toma de conciencia de que una acción eficaz que contrastase los retos que van más allá de las fronteras de un sólo Estado, requería la sinergia de las fuerzas vivas de todas las naciones interesadas”, es decir, de los nueve países que comparten aproximadamente seis millones de km2 que constituyen el bioma o sistema de vida amazónico, considerado el bosque tropical más extenso del mundo: Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guyana, Guyana Francesa, Perú, Surinam y Venezuela. Entre su población se estima que 2.779.478 personas pertenecen a 390 pueblos indígenas que hablan 240 lenguas que provienen de 49 familias lingüísticas.
  • Como segunda característica, la REPAM propone un modelo de eclesialidad que busca “instaurar una colaboración armoniosa entre los diversos componentes de la Iglesia: congregaciones religiosas, Caritas, diócesis, laicos, etc.”, en sintonía con la Santa Sede y con cada una de las instancias eclesiales que suscribieron la Declaración Fundacional hace seis meses (ver recuadro abajo): el DEJUSOL-CELAM, la Comisión para la Amazonía de la CNBB, la Confederación Latinoamericana y del Caribe de Religiosos y Religiosas (CLAR), y el Secretariado Latinoamericano y del Caribe de Cáritas (SELACC).
  • Finalmente, el compromiso por la defensa de la vida, constituye la tercera característica de la Red. De acuerdo con el cardenal Trukson, “está en juego la defensa de la vida de numerosas comunidades que, sumadas, representan más de 30 millones de personas. Están amenazadas por la polución, el cambio radical y rápido del ecosistema del que dependen y la ausencia de tutela de sus derechos humanos fundamentales''. Por eso, añadió, “la REPAM, se ha concebido como una herramienta que se puede adoptar en ámbitos claves y diversos: la justicia, la legalidad, la promoción y tutela de derechos humanos, la cooperación entre la Iglesia y las Instituciones públicas en varios niveles, la prevención y gestión de conflictos, el estudio y la difusión de informaciones, el desarrollo económico inclusivo y ecuo, el uso responsable y solidario de los recursos naturales respetando la creación, la defensa de las culturas y los modos de vida tradicionales de los diversos pueblos”.


Buen Vivir

La Red es una plataforma en la que confluyen los esfuerzos de las Iglesias locales, las congregaciones religiosas y los movimientos eclesiales, con voz profética propia y al servicio del “Buen Vivir” (Sumak Kawsay) de la Pan-Amazonía, actualizando y concretando opciones apostólicas conjuntas, integrales y globales que, en palabras del Secretario Ejecutivo de la REPAM, “representan años de historia y presencia próxima con aquellos que han sido olvidados y vulnerados en este territorio”.

Monseñor Barreto, al referirse a la problemática socio-ambiental que afecta a la cuenca amazónica, enfatizó que “es un territorio devastado y amenazado por las concesiones de los Estados a las corporaciones transnacionales. Los grandes proyectos extractivos, los monocultivos y el cambio climático, ponen en grave riesgo sus tierras y el entorno natural”. Asimismo, desde el punto de vista cultural, la autodeterminación de los pueblos originarios, ribereños, campesinos, afro descendientes y poblaciones urbanas, se encuentra seriamente vulnerada.

Ante estas realidades, el presidente del DEJUSOL-CELAM recordó que “la REPAM se crea como la respuesta de Dios a esta necesidad sentida y urgente de cuidar la vida de las personas para que vivan en armonía con la naturaleza desde la amplia y variada presencia de los miembros y equipos de la Iglesia en la Pan-Amazonía”. También la Hna. Mercedes Casas, F.Sp.S, presidenta de la CLAR, participa de esta perspectiva cuando afirma que “la Vida Religiosa de América Latina y el Caribe es sensible y solidaria ante los clamores que brotan de la Pan-Amazonia, reconociendo la presencia del Espíritu en los nuevos escenarios y en los sujetos emergentes del Continente, con quienes se siente comprometida, afirmando su opción por los más pobres y por la Justicia, la Paz y la Integridad de la Creación”.


Primeros frutos

El Hno. João Gutemberg Coelho Sampaio, FMS, superior del Distrito Marista de la Amazonia, quien participa activamente en la REPAM, comenta que “un gran beneficio de la Red es la creación de articulaciones y de varias formas de apoyo mutuo desde iniciativas pequeñas o grandes que se van construyendo en la región”. Concretamente, el religioso se refiere a los primeros frutos que se derivan de la REPAM: “algunos proyectos iniciados por Congregaciones Religiosas, Instituciones socio-pastorales e Iglesias locales, que antiguamente estaban aislados, ahora se están fortaleciendo a través de la Red”. Es el caso del proyecto Marista y del proyecto Jesuita para la Pan-Amazonia, de los Equipos Itinerantes, de los Proyectos de Iglesias en las Fronteras, y de algunas instituciones que trabajan con la causa indígena.

El Hno. Gutemberg también afirma que “uno de los mayores beneficios de la REPAM tiene que ver con el proceso formativo de una nueva conciencia pastoral sobre los asuntos de la Pan-Amazonía, desde una metodología dialéctica y participativa, de reflexión y de búsquedas, que genera preguntas y respuestas en un clima nuevo, con una perspectiva pastoral distinta, más inter-institucional e inter-congregacional. Es una realidad que encanta y que desafía”.


Con toda seguridad, la REPAM se postula como una “verdadera experiencia de fraternidad, una caravana solidaria y una peregrinación sagrada”, como ha planteado el papa Francisco.

martes, 17 de marzo de 2015

Dorothy Stang: 10 años después

LA SANGRE DE DOROTHY STANG CLAMA JUSTICIA EN LA AMAZONÍA



El pasado 12 de febrero, al cumplirse diez años del magnicidio de la misionera estadounidense Dorothy Stang, religiosa de la Congregación de Nuestra Señora de Namur, nacionalizada brasilera, el presidente del Consejo Indigenista Misionero y obispo de Xingu, monseñor Erwin Kräutler, recordó que en alguna oportunidad le había manifestado su preocupación frente al riesgo que corría su vida. Ella le contestó: “¿Y quién va a matar a una vieja como yo?”.

Según el obispo, nadie realmente creía que las amenazas se cumplirían, pero “existía un consorcio de personas interesadas en eliminar a la hermana y a todas las personas que se pusieran en el camino de los que se apropiaban ilegalmente de las tierras, los madereros y los terratenientes”. También agregó que “muchos de los que se encuentran comprometidos en su asesinato ni siquiera fueron acusados ni han respondido por su muerte”.

De hecho, de los cinco acusados por el crimen de la religiosa, solamente Rayfran das Neves Sales, el sicario que le disparó a quemarropa en seis oportunidades, se encuentra tras las rejas por reincidir en otros homicidios. Vitalmiro Bastos de Moura y Regivaldo Pereira Galvão, los terratenientes que ordenaron su asesinato, están libres.

La impunidad que rodea el caso de Dorothy Stang coincide con las denuncias que permanentemente ha presentado la Comisión de Pastoral de la Tierra: en el transcurso de la última década han sido asesinadas 325 personas por conflictos relacionados con la tierra; el 67,3% de los casos corresponden a la región amazónica. Además, en los últimos 30 años apenas un 5% de los casos han sido juzgados y solamente 19 de los responsables que ordenaron estos crímenes han recibido algún tipo de punición.

El patrón de injusticia se repite sistemáticamente, como refiere un informe de Geenpeace: “se trata de un círculo vicioso de muerte, impunidad y violencia, alimentado por la industria que desde hace años viene financiando la deforestación de la Amazonía”. Monseñor Kräutler reconoce que la ausencia del Estado ha prolongado los conflictos en la Amazonía: “de un lado, están los madereros y terratenientes, y de otro están los colonos que quieren un pedazo de tierra para sembrar”.

En la década de los 70, el conflicto se intensificó y ese fue el contexto en el cual la hermana Dorothy entró en escena, en el municipio de Anapu, al noreste de la región amazónica, en el Estado de Pará. El obispo de Xingu, que conocía a Dorothy desde que llegó a Brasil en 1966, con 35 años de edad, asegura que ella defendía a esos pequeños agricultores sin tierra. Su mayor deseo era “trabajar entre los pobres más pobres”.

La hermana Rebeca Spires, quien se integró a la misión en 1982, recuerda lo primero que Dorothy le dijo: “tiene que aprender la Biblia en portugués, pero también tiene que aprender el Estatuto de la Tierra, porque nosotras trabajamos con labradores y ellos necesitan saber cómo defender los derechos que la ley les reconoce”.

Otra de sus compañeras, la hermana Katia Webaster, afirma que su asesinato fue "instigado por aquellos que se oponían a su trabajo en defensa de los sin tierra y por la preservación de la floresta".

“No voy a abandonar la lucha”


Tras fundar 22 escuelas y un centro de formación para maestros, su audaz y obstinado compromiso con el Proyecto de Desarrollo Sustentable “La Esperanza” –que se había propuesto repartir 130.000 hectáreas entre 600 familias campesinas– la convirtió en abanderada de la Pastoral de la Tierra y de los movimientos ambientalistas. Era bien conocida su oposición a los intereses de los traficantes ilegales de recursos forestales amazónicos y de especies en vías de extinción, como el caoba, el cedro y el jatobá.

En 2004 Dorothy había recibido el premio de derechos humanos de la Ordem dos Advogados do Brasil. Ese año se denunciaron más de diez amenazas contra su vida. Bien sabía que “cualquier persona que intenta ocupar una tierra pública explotada ilegalmente por terratenientes o madereras recibe una amenaza de muerte”. Su nombre hacía parte de una lista de 140 amenazados.


A sus 73 años, Dorothy trascendió por su coraje y fidelidad: “no voy a huir ni a abandonar la lucha de estos agricultores desprotegidos en medio de la selva. Ellos tienen el sagrado derecho a una vida mejor en una tierra donde puedan vivir y producir con dignidad y sin devastar”. Su sangre clama justicia en la Amazonía brasilera.


Publicado en: http://www.vidanueva.es/2015/02/20/la-sangre-de-dorothy-stang-clama-justicia-en-la-amazonia/