jueves, 22 de diciembre de 2016

Centroamérica pro Francisco

"Apoyo y fidelidad" a Francisco de la Iglesia centroamericana



En su Asamblea Anual, los obispos reflexionan sobre el retroceso de los derechos humanos en la región

“Los obispos de Centroamérica finalizamos nuestra asamblea anual reafirmando nuestro apoyo y fidelidad al papa Francisco”. Con estas palabras el obispo auxiliar de Managua, Silvio José Báez, expresó su balance de la reciente reunión del Secretariado Episcopal de América Central (SEDAC) que congregó a 65 prelados de Costa Rica, El Salvador, Honduras, Guatemala, Nicaragua y Panamá.

De hecho, en su mensaje final, los pastores han destacado su profunda comunión con el obispo de Roma, renovando su “fidelidad incondicional” y “gozosa gratitud” por sus gestos evangélicos, su magisterio iluminador, y su esfuerzo pastoral “por colocar a la Iglesia en una necesaria dinámica de renovación bajo la acción del Espíritu”.

Esta adhesión se hizo patente, particularmente, durante las jornadas de reflexión sobre la encíclica Laudato Si’ y la exhortación apostólica Amoris Laetitia, “procurando captar la novedad evangélica y buscando formas concretas de actualizarlas en Centroamérica”, en un tiempo en el que el cuidado de la creación reclama un estilo de vida más sobrio y una ética ecológica que ponga fin a la depredación irresponsable de los bienes naturales, por una parte, sin olvidar que el Evangelio no debe ser ajeno “a la vida real de las personas y de las familias”, por otra, para lo cual es preciso asumir posturas pastorales de “compasión hacia las personas y las parejas, sobre todo las más frágiles”. A esta conclusión llegaron los miembros del SEDAC, considerando también los aportes del obispo puertorriqueño Rubén González, presidente del Departamento de Familia, Vida y Juventud del CELAM. 

Otros asuntos también fueron abordados durante la Asamblea, desarrollada en la ciudad de Guatemala a finales de noviembre (del 21 al 25), como el camino de preparación hacia la Jornada Mundial de la Juventud 2019, en Panamá, con el apoyo de los episcopados centroamericanos.

Con relación a la compleja situación de los migrantes, el SEDAC no solamente manifestó su preocupación “por acompañarlos pastoralmente y ayudarlos materialmente”, a través de instituciones eclesiales de caridad, sino que también exhortó a los gobiernos de la región a crear y fortalecer proyectos de atención humanitaria. 

Asimismo, el drama de la trata de personas, la violencia que deviene del narcotráfico y la desigualdad económica, han sido objeto de denuncia de los obispos de Centroamérica, al igual que “el lamentable retroceso en algunos países en lo que se refiere a los derechos humanos, gobernabilidad y democracia pluralista”.

Tierra de mártires

Ante estas acuciantes realidades, el testimonio de mártires como el beato Óscar Arnulfo Romero, Juan Gerardi, Rutilio Grande, los jesuitas de la Universidad Centroamericana “José Simeón Cañas” y muchos más, estimula el ministerio profético de los pastores. 

De ahí que uno de los momentos más significativos de la Asamblea haya sido la visita a la comunidad parroquial de San José Pinula, donde el padre Hermógenes López Coarchita fue asesinado el 30 de junio de 1978 “por su sensibilidad profundamente humana, que lo llevó a involucrarse en la causa de los pobres”, como explicó el presidente de la Conferencia Episcopal de Guatemala, Rodolfo Valenzuela Núñez.

Cuando se espera la canonización de monseñor Romero y ad portas de la celebración de los 75 años del SEDAC –el próximo año– los obispos centroamericanos se han comprometido a desarrollar nuevas iniciativas de misericordia a favor de la dignidad humana, inspirados por el testimonio de Hermógenes.


Relevos en el SEDAC


Al concluir la Asamblea del SEDAC, José Luis Escobar Alas, arzobispo de San Salvador, fue nombrado Presidente para el periodo 2016-2020. Sucede en el cargo a José Domingo Ulloa, arzobispo de Panamá. Mientras su auxiliar Gregorio Rosa Chávez, releva como secretario al auxiliar panameño, Pablo Varela.


Publicado en Vida Nueva No. 3.016.
Fotos: SEDAC

jueves, 15 de diciembre de 2016

II Jornadas Teológicas Centroamericanas y Caribeñas

“La autoridad de los que sufren” reclama respuestas




II Jornadas Teológicas reflexionan sobre violencia, migración y medio ambiente

Ante la creciente violencia en Centroamérica y el Caribe, vinculada al fenómeno migratorio y a la problemática ambiental, la preocupación del papa Francisco de que “renazca la justicia y la paz”, fue acogida por más de 450 laicos/as, religiosos/as y sacerdotes, participantes de las II Jornadas Teológicas Centroamericanas y Caribeñas convocadas por Amerindia y por la Maestría en Teología Latinoamericana de la Universidad Centroamericana ‘José Simeón Cañas’ (UCA), en San Salvador, del 18 al 20 de noviembre.

Intervención de Jon Sobrino en las II Jornadas Teológicas
“Con el paso del tiempo hay que buscar nuevas formas de justicia y de paz, pero cuando hay deterioro de ambas cosas, renacer implica buscar fuentes de aguas vivas también en el pasado”, apuntó el teólogo Jon Sobrino, aludiendo a los mártires e insistiendo en que “hay que mantener vivas las raíces de la justicia y la paz, tal como fueron comprendidas en Medellín”.

Ni las ponencias, ni los espacios de construcción colectiva, ni los momentos celebrativos –que tuvieron lugar en las instalaciones de la misma UCA– fueron ajenos a este propósito.

La disertación de Rodolfo Cardenal sobre la génesis de la violencia y sus ‘puertas’ de salida, por ejemplo, dio lugar a interesantes reflexiones, a partir de experiencias concretas sobre violencia juvenil (Benjamín Schwab y Jaime Comabella), violencia del sistema (Rogerio Mosimann da Silva), violencia contra los defensores de la vida (Ludivine Hernández y René Florez), violencia y perspectiva bíblica (Humbelina del Caño), desafíos de la violencia a la Iglesia (Larry José Madrigal), y mujeres rompiendo el silencio (Lily Muñoz), todas ellas compartidas a través de talleres.

Geraldina Céspedes, Edgar Vallecillo y Marta Zechmeister
“También la violencia hacia las mujeres cuestiona nuestra forma de hacer teología”, propuso la teóloga dominicana Geraldina Céspedes, acentuando “el desafío de hacer teología narrativa” para reivindicar la exclusión y el sufrimiento padecido por las mujeres, sin dejar de destacar su protagonismo en la construcción de la paz, “a partir de una espiritualidad de la resistencia, de la resiliencia y de la no-violencia”.

Otras realidades regionales también fueron analizadas por especialistas que, con su propio testimonio, blindaron sus palabras de credibilidad. El sacerdote mexicano Alejando Solalinde reflexionó sobre la situación de los migrantes centroamericanos y caribeños de cara al crimen organizado que controla el ‘negocio’ de la migración; Yuri Melini, ambientalista guatemalteco, presentó su perspectiva sobre la lucha de los pueblos por la defensa de la casa común, tomando como referencia el caso de La Puya en su país; Carmela Gibaja se refirió a la trata de personas desde un enfoque de género; Miriam Pixtún disertó sobre la defensa del territorio y los pueblos indígenas; y Mauro Verzeletti compartió una mirada crítica sobre migración y alianza para la prosperidad.   

Participantes de las II Jornadas Teológicas
Ante este vasto y desafiante panorama, el teólogo Pedro Trigo apeló a la “justicia rehabilitadora” como camino para restaurar la fraternidad humana a partir de “la misericordia como una relación mutua” y destacando el papel de los pobres, “que ponen en evidencia la inhumanidad e irracionalidad de este sistema de rapiña insensata”.

Finalmente, correspondió a Martha Zechmeister, directora de la Maestría en Teología Latinoamericana de la UCA, afirmar “la autoridad de los sufren” en su ponencia, al cierre de las Jornadas Teológicas: “Los que mueren de hambre o por causa de la violencia como consecuencia de una desigualdad escandalosa, los migrantes, combatidos por Europa y los Estados Unidos en sus fronteras del sur, los presos políticos, por fin todas las víctimas, todos ellos representan la autoridad máxima a la cual tenemos que responder sin rechistar”.


Publicado en Vida Nueva No. 3.014 (edición española).
Fotos: Maestría en Teología Latinoamericana de la UCA.



jueves, 8 de diciembre de 2016

Un CLAMOR por los migrantes y refugiados

La Iglesia latinoamericana "redobla esfuerzos" para responder al CLAMOR de migrantes y refugiados



En la ciudad fronteriza de Tijuana crece el drama de más de 15.000 migrantes y solicitantes de refugio en los Estados Unidos, provenientes de México, Haití, Turquía, Pakistán, Siria, Togó, Eritrea y Congo, mientras que aumenta el número de niños y adolescentes centroamericanos que llegan a la frontera entre los dos países en búsqueda de asilo –más de 26.000 en los últimos seis meses–, al igual que las cifras de cubanos ‘varados’ en Centroamérica, y de venezolanos que deambulan por varios países en búsqueda de oportunidades.

Estos y otros alarmantes índices de flujo migratorio en la región, vinculados también al grave flagelo de la trata de personas –que impacta fuertemente a República Dominicana, Colombia, México y Brasil–, motivaron la creación del Consejo Latinoamericano de Movilidad Humana y Refugio (CLAMOR), una iniciativa del Departamento de Justicia y Solidaridad del CELAM (DEJUSOL) que busca responder, precisamente, a los clamores de los migrantes, los refugiados y las víctimas de la trata, mediante acciones articuladas entre organizaciones eclesiales latinoamericanas comprometidas con la pastoral de la movilidad humana.

Mons. Gustavo Rodríguez, presidente del DEJUSOL-CELAM
El arzobispo de Yucatán (México) y presidente del DEJUSOL, Gustavo Rodríguez, explica que “CLAMOR nos permitirá fortalecernos en la unidad y caminar juntos, como organismos de Iglesia en América Latina y el Caribe, para dar un mejor servicio a nuestros hermanos migrantes, refugiados o víctimas de trata. Lo que hace cada diócesis, cada nación y cada agrupación de Iglesia, en este campo, tenemos que aprovecharlo de manera que entre nosotros no haya trabajos aislados, paralelos ni mucho menos contrapuestos”.

Los primeros pasos para la fundación de CLAMOR tuvieron lugar durante el seminario latinoamericano organizado por el CELAM en Honduras, el pasado mes de septiembre, con la participación de representantes de varias instituciones que acompañan migrantes, desplazados, refugiados y víctimas de trata, que coincidieron en que “para ofrecer una atención más integral es menester incrementar la colaboración y las gestiones conjuntas”.

“Nos anima el éxito que ha tenido la Red Eclesial Panamazónica, REPAM, que ha logrado articular los esfuerzos pastorales de quienes trabajan en la Amazonía, en la defensa del medio ambiente y los pueblos indígenas”, comenta Elvy Monzant, secretario ejecutivo del DEJUSOL, agregando que “en el caso de CLAMOR, se trata de un esfuerzo de comunión que nos permitirá denunciar situaciones de violación a los derechos de las personas en movilidad, realizar campañas comunicacionales de sensibilización, ofrecer un itinerario de formación integral a los agentes de pastoral, producir materiales didácticos y realizar experiencias de trabajo conjunto”.

Ante la elección de Donald J. Trump como presidente de los Estados Unidos y su anuncio de deportar migrantes indocumentados masivamente y “asegurar” la frontera sur –como había prometido durante su campaña– Rodríguez afirma que “CLAMOR tiene que actuar en favor de quienes lleguen”, asegurando que, además, “tenemos que redoblar esfuerzos para atender a los migrantes que seguirán insistiendo en cruzar la frontera, a pesar de que se construya el muro, lo cual hará mucho más peligroso su intento”.

¿Quiénes hacen parte de CLAMOR?

Además del DEJUSOL-CELAM, entre las organizaciones fundadoras del Consejo Latinoamericano de Movilidad Humana y Refugio (CLAMOR) se encuentra la CLAR, Cáritas América Latina y el Caribe, el Servicio Jesuita para Migrantes/Refugiados, las redes de religiosas contra la Trata de Personas, Religiones por la Paz, y la familia scalabriniana.


Publicado en Vida Nueva No. 3.013 (edición española).
Fotos: La Jornada; Libertad de Expresión Yucatán; Crónicas de Asfalto