miércoles, 22 de junio de 2016

En el primer aniversario de Laudato Si'

 Movimientos populares proponen “un nuevo Brasil”    


Aproximadamente 300 representantes entre pueblos indígenas, quilombolas, pescadores, comunidades tradicionales y trabajadores –tanto del campo como de la ciudad– se dieron cita, a principios de junio (del 1º al 4), en Mariana (Minas Gerais), para participar en el Encuentro Brasileño de Movimientos Populares en diálogo con el Papa, con el trasfondo de la crisis ambiental.

La elección de Mariana como sede de esta reunión nacional y de Minas Gerais como anfitrión del III Encuentro Mundial que se desarrollará en octubre de 2017 –en continuidad con los de Roma (2014) y Santa Cruz de la Sierra (2015)–, constituye, de hecho, un gesto inédito de solidaridad “con las familias afectadas por el mayor crimen socio-ambiental provocado en 2015 por la minería en Brasil”.

Con un tono profético, la carta suscrita por los movimientos populares y las pastorales sociales denuncia el extractivismo en estos territorios, en detrimento del medio ambiente:  “el crimen de la cuenca del río Doce, provocado por la Vale y BHP Billiton, por medio de Samarco, con la connivencia del Estado, es uno de los ejemplos más terribles”.

“Ante este cuadro desolador, es extremadamente gratificante experimentar la solidaridad de quienes han venido de tantas partes de Brasil”, agradeció el arzobispo de Mariana, Geraldo Lyrio Rocha, al tiempo que hizo explícita su solicitud de apoyo para que los derechos de las víctimas sean respetados, su dignidad sea reconocida, sus bienes sean resarcidos y su protagonismo sea considerado en la búsqueda de soluciones que respondan a sus legítimos intereses: “ayúdenos a salvar el río Doce (…), ayúdenos para que continuemos en la lucha y no nos desanimemos ante los obstáculos y la prepotencia”, clamó el prelado.

Otro asunto debatido ha sido la actual coyuntura del país, ante la cual “el encuentro brasileño emerge como una luz” que se opone a las privatizaciones propuestas por el gobierno interino de Michel Temer y plantea, en su lugar, “el fortalecimiento de la alianza de las clases populares” para resistir a las fuerzas del neoliberalismo, de la fragmentación e incluso de la criminalización de los movimientos sociales, que “ejercen violencias contra pobres, negros, mujeres, jóvenes, y LGBT”, amenazando, a su vez, los derechos de los trabajadores.

Convencidos de que “en Brasil la democracia siempre fue el resultado de la organización y de la lucha del pueblo”, los movimientos populares han asumido el desafío de “construir un nuevo proyecto de país, que además de garantizar tierra, techo y trabajo para todos y todas, con justicia social, esté en sintonía con la Madre Tierra”. De este modo, en diálogo con el papa Francisco y en sintonía con Laudato Si’, se reafirmó que “no hay dos crisis separadas, una ambiental y otra social; más bien hay una única y compleja crisis socio-ambiental. La solución requiere un abordaje integral para combatir la pobreza, devolver la dignidad a los excluidos y, simultáneamente, cuidar la naturaleza”.

También el cardenal Peter Turkson, presidente del Pontificio Consejo para la Justicia y la Paz, manifestó a través de una misiva enviada desde Roma su apoyo a la causa de la democracia participativa: “Sé que están viviendo un momento crítico en su país. Me viene a la mente una palabra fundamental: democracia. Vale la pena luchar, de forma pacífica y tenaz, por una democracia plena y participativa”. Asimismo, el cardenal ganhés se mostró favorable a que “las tres ‘T’ –tierra, techo y trabajo– sean respetadas en toda la creación porque son, como señala el papa Francisco, derechos sagrados”.

Padre Maurício Jardim, director de las OMP de Brasil
Por otra parte, Maurício Jardim, presbítero y director de las Obras Misionales Pontificias de Brasil, ha destacado que “nuestro método es el diálogo, en eso siempre ha insistido el Papa. El diálogo es muy importante en el escenario que estamos viviendo en Brasil”. En declaraciones a Vida Nueva, sostiene que “como cristianos no podemos dejar que las cosas sucedan sin buscar auténticos espacios de diálogo con la sociedad, la cultura, la política y los movimientos”. Este ejercicio implica la superación de estigmas y la apertura a la alteridad, porque “en el diálogo el pueblo brasileño encontrará caminos, propuestas y soluciones, y es aquí donde el protagonismo de los laicos cobra una particular relevancia, tanto en la misión evangelizadora de la Iglesia como al interior de la sociedad”, concluye Jardim.

Justamente, Cristianos laicos y laicas en la Iglesia y en la sociedad, es el título del documento (ver recuadro) que la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil (CNBB) acaba de publicar, fruto de su 54ª Asamblea General.

Sal y luz en la Iglesia y en la sociedad

La participación de los laicos en ámbitos eclesiales y sociales es el tema del último documento publicado por el episcopado brasileño, que invita a los bautizados y a los confirmados a “asumir la responsabilidad de ser sujetos: ¡sal y luz!”, como refiere el secretario general de la CNBB, Leonardo Ulrich Steiner.

El texto, dividido en tres partes, asume implícitamente el método ver-juzgar-actuar, al presentar las esperanzas y las angustias de los laicos en el contexto de la globalización, la identidad y vocación del cristiano laico –discípulo misionero y ciudadano del mundo– y, finalmente, su acción transformadora tanto en la Iglesia como en la sociedad.

Entre los areópagos modernos que reclaman el protagonismo de los bautizados, Cristianos laicos y laicas en la Iglesia y en la sociedad prioriza la familia, el mundo de la política, de las políticas públicas, del trabajo, de la cultura y la educación, de las comunicaciones y del cuidado con nuestra casa común.


Publicado en Vida Nueva España No. 2.933 (http://www.vidanueva.es/2016/06/17/las-comunidades-populares-proponen-un-nuevo-brasil-aniversario-laudato-si/)
Fotos: Vida Nueva España, Paulinas Brasil, Lydiane Ponciato, Archivo particular.

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